lunes, 26 de mayo de 2008

EL ESPÍRITU EMPRENDEDOR

Todo comienza con una idea. Tener un sueño, un propósito o una meta por alcanzar en la vida, es la visión primaria que interiorizamos, y a partir de ella, nos proyectamos a través de nuestro particular estilo ideal, y a nuestro modo de vida futuro. Creer que esa idea es alcanzable y posible, depende de la propia capacidad de dar el primer paso para recorrer el camino, a sabiendas que muy pronto nos enfrentaremos a múltiples dificultades y previsibles escollos. Saber sortear esos primeros obstáculos; saber vencerlos y seguir adelante, nos garantizará continuar hacia el éxito concebido.

Comenzar con la propia empresa es una tarea muy importante que puede brindarle a quien la inicia grandes satisfacciones y un sentimiento de realización personal. Pero también puede ocasionarle muchos problemas si la encara sin los conocimientos y los avales suficientes para desarrollar con éxito su tarea.

Existen muchas razones que mueven a las personas a enfrentar el desafío de organizar un proyecto de empresa propia. Algunas de ellas son: el deseo de trabajar de manera independiente, de tomar sus propias decisiones, de desarrollarse profesionalmente y, por que no, de ganar dinero. Generalmente la idea del negocio surge de las experiencias previas del emprendedor, quien combina trabajo, innovación, estrategia, planificación, liderazgo y conducción, para lograr sus objetivos comerciales.

El espíritu emprendedor surge, en primer término, al abordar con una visión de supervivencia todos las barreras de progreso y, luego, al poner en juego las condiciones personales: confiar en el proyecto y transmitir su fuerza a unos pocos colaboradores.

¿Cuáles son las condiciones para que un embrión de un proyecto de empresa se transforme en un negocio exitoso? Fórmulas hay muchas, pero analizando el espíritu de las actividades necesarias para su implementación, encontramos algunas pautas comunes a todos los modelos teóricos que proponen distintos autores:

Los Comienzos Siempre Son Modestos y Nada Empieza Siendo Grande.

Generalmente la idea para un negocio es el resultado de una fascinación, una preocupación o incluso una obsesión por algún campo u ocupación mundanos. Con frecuencia, las buenas ideas no parecen muy buenas a primera vista, incluso, no se preocupe si parece extraña, loca u oscura.

La gran mayoría de las empresas que actualmente consideramos como muy importantes y exitosas, tuvieron un origen extremadamente humilde. Baste con mencionar Coca Cola era una especie de jarabe curalotodo vendido en una farmacia de Atlanta, o que Levi Strauss comenzó cuando un inmigrante alemán se encontró con un exceso de existencias de lona para tiendas de campaña que convirtió en pantalones para mineros durante la fiebre del oro en California.

Verdadero Interés
En la elección de su actividad comercial hay muchas mas posibilidades de progreso si se pone pasión en la tarea. Y la pasión es sinónimo de verdadero interés, de gusto, de deseo.

La clave del éxito de muchas empresas es concretar los sueños de quien inicia el proyecto, quien deberá poseer la voluntad y el carácter necesario para armonizar sus intereses con el trabajo.

El “Oficio Comercial”
El oficio comercial es el don de entender lo que la gente quiere, cuanto pagará y como toma sus decisiones. En definitiva, es la capacidad de ver los acontecimientos de manera objetiva y práctica, reconociendo que las verdades de ayer, no son necesariamente las del día de hoy.

Si al iniciar o gestionar un negocio tiene la idea fija de que el mundo es de cierta manera o que debería actuar en cierta forma, la actitud será poco inteligente: la persona experimentada en los negocios, nunca supone saber “la Verdad”, ni cree que las verdades de ayer necesariamente son las verdades de hoy. Un hombre o mujer de negocios con experiencia, siempre hace preguntas. Un novato siempre creerá que tiene las respuestas.

Nociones de Marketing - Estudio de Mercado
Resulta fundamental comprender que por pequeño que sea el proyecto, no se puede ignorar que el marco de referencias debe comprender las nociones fundamentales que hacen al marketing, al mercado. Tenemos que hacer dinero con nuestro propio negocio, pero primero tenemos que elaborar un producto o proporcionar un servicio que la gente desee.

Entonces, luego de determinar lo que nos gusta hacer y de que nos sentimos capaces de desarrollar, debemos averiguar como puede realizarse y las posibilidades de venta, que en definitiva constituyen la entrada de ingresos que financian todas las actividades de la empresa.

Para eso no hay otro camino que el de conseguir datos, interpretarlos, preguntar y estudiar continuamente que se vende y como nos afecta.

Creando la Diferencia
Las diferencias son sencilla y contundentemente el corazón del éxito competitivo. Y en este momento particular que nos toca vivir como empresarios, las diferencias se centran cada vez mas en el servicio que acompaña hoy a un producto o a la calidad humana de las personas que brindan un servicio.

La imaginación y la creatividad son mucho mas útiles que la agresividad.

En definitiva, los emprendedores tienen un gran desafío por delante: identificar las ventajas diferenciales de su negocio definiendo las características esenciales del mismo, pero sin dejar de considerar la esencia del “Espíritu Emprendedor” que les permite concretar sus sueños.

Belén Prendes
Consultora Senior

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